(ARGENTINA).- Para introducir la actividad, de la que participó Business Trend, Julián Rodriguez, rector de la Universidad Austral, expresó que “de acuerdo al Banco Mundial, el mundo va a crecer un poco menos de lo que estaba previsto (2.9%), en relación con las cifras del año pasado”. Esto se debería a la guerra de Ucrania, la situación sanitaria en China y los riesgos de estanflación en las distintas regiones del mundo.
En tanto, “en los mercados emergentes, como nuestro caso, va a crecer a tasas por encima de lo que crecerá el mundo, con excepción de Latinoamérica”. Es decir, se pronostica un crecimiento del 2.5% para los países de la región, por lo que “algo parecería que estamos haciendo mal en términos de desarrollo económico”, especificó Rodríguez.
En ese sentido, el eje del Programa constó en analizar distintas medidas que llevaron adelante exministros o directores de Bancos Centrales de países de Latinoamérica en momentos críticos para estabilizar sus economías, en los que sufrieron los mismos problemas que generan los procesos inflacionarios acelerados como el que está viviendo hoy el país.
Los expositores contaron algunas de las medidas que llevaron adelante y, al mismo tiempo, trazaron un paralelismo con lo que está sucediendo en Argentina y realizaron recomendaciones que pueden ser de utilidad para la economía nacional.
Sergio Berensztein, moderador del Panel y presidente de Berensztein, consultora de análisis político y estratégico, señaló: “No existe un plan exitoso si no hay apoyo político determinante y una colación política amplia y versátil, que sostenga el programa a lo largo de su implementación. En Argentina, hay que mirar otros actores”. En ese sentido, mencionó que es necesario un equipo económico con el nivel de profesionalismo en áreas claves para poder llevar adelante el programa de estabilización que, al margen de la “sabiduría técnica”, necesita un tercer elemento: la narrativa, es decir, un discurso que facilite la comprensión de los actores políticos, económicos, empresarios, trabajadores, y la sociedad en general.
Por su parte, Mauricio Cárdenas, ex ministro de Hacienda y Crédito Público de Colombia, durante la Presidencia de Juan Manuel Santos, aportó hitos en la secuencia de eventos que caracterizaron a Colombia. “El punto de partida es una economía con problemas parecidos, como la inflación, problema externo y fiscal”, explicó el ex funcionario.
En la década de los 90, tras dos décadas de alta inflación, “se produce una crisis con recesión, que permitió bajar la inflación a un dígito. A partir de ese momento, Colombia toma un camino de ir buscando la estabilización fiscal. Y no hay una sola medida, hay una secuencia”, de las cuales destacó tres:
- Se convirtió en obligación de carácter legal un marco fiscal de mediano plazo, para poner las cuentas en blanco y negro.
- Se tomó la decisión de modificar la Constitución, para incorporar como principio la sostenibilidad fiscal, criterio que deben tener los jueces a la hora de promulgar sus decisiones.
- La situación externa. Colombia ha sido capaz de financiar los déficits gracias a que los marcos de política económica generan credibilidad y los mercados externos han estado dispuestos a financiar déficits de esa magnitud.
En ese sentido, Cárdenas preguntó acerca de la diferencia para que se puedan financiar los desequilibrios de cuenta corriente “relativamente altos”. En ese orden, “además del arreglo en materia de política monetaria, añadiría la prohibición expresa en la Constitución del financiamiento monetario del Gobierno”. Asimismo, “tener un régimen de tasas flexible es lo que funcionó en Colombia, porque permitió reducir el déficit en cuenta corriente a la mitad por cuenta de una devaluación fuerte. Y una devaluación que se pudo acomodar sin que se desbordara la inflación, pero produjo un ajuste en los precios relativos y permitió reducir el déficit de cuenta corriente”, detalló.
Además, aclaró que, en Colombia, “la dolarización no se ve como solución al problema sino como algo que puede agravar la situación. Estos choques externos los maneja mejor con la flexibilización del tipo de cambio”, y explicó: “Se trata de gobiernos de Centro que han ido armando este andamiaje y fue fundamental el consenso dentro de la tecnocracia, del sector empresarial, y de los organismos multilaterales/agencias calificadoras. Esto hizo que la política se acomode a estos pilares”.
Respecto al contexto actual, Cárdenas hizo referencia al nuevo Gobierno de Colombia, que “dio señales de estar comprometido con la estabilidad macroeconómica y cuya primera acción fue presentar un proyecto de Reforma Tributaria para subir el recaudo en 1.5 del PIB. El fin de la iniciativa es consolidar la situación fiscal”.
En el marco del Panel, Gianfranco Castagnola, ex director del Banco Central de Reserva del Perú, expresó sobre el plan de estabilización en ese país. “El éxito de ese programa en 1990 tiene mucho que ver con haber hecho en conjunto un programa de reforma pro mercado, pro aperturas, y que muchas transformaciones se lograron institucionalizar a través de mecanismos”, incluidos en el Nuevo Modelo Económico y Pacificación, que supuso un plan de estabilización, un programa de reformas estructurales y un proceso de pacificación interna.
En Perú, “el refugio fue el dólar”, aseveró y agregó que lo que conllevó una fijación del tipo de cambio en un nivel muy alto y el control de agregados monetarios con flotación “sucia” del tipo de cambio, eliminando casi inmediatamente la inflación, logrando mayor demanda por moneda nacional, no requiriendo fijar un precio, por lo que el mercado se equilibró.
En ese orden, las principales medidas del plan fueron el control de agregados monetarios con flotación “sucia” y la eliminación los créditos al sector público. Asimismo, se quitó el déficit fiscal a través de impuestos temporales, se unificaron tipos de cambios y se corrigieron y liberalizaron los precios públicos. Además, se garantizó la independencia del Banco Central.
En tanto, Luís Céspedes, ex ministro de Economía, Fomento y Turismo de Chile, actual consejero del Banco Central de Chile, contó al Panel cuál fue la experiencia de ese país sobre el control inflacionario.
Al momento de comenzar a implementar esta estrategia, la inflación estaba en niveles cercanos al 30%. En ese orden, hacia 1990, el Banco Central de Chile consideraba la meta de converger a una inflación anual de un dígito.
Cabe destacar que el Marco de la política en 2000 implicó la implementación de un sistema de metas de inflación esperada del 3% en el horizonte de dos años. También suponía la adopción de un régimen de tipo de cambio flotante, la profundización del mercado derivados cambiarios, la total apertura de la cuenta de capital y la introducción de una regla de política fiscal explícita.
En ese sentido, el ex funcionario especificó que se trata de un régimen macro adecuado, es decir, de un tipo de cambio flotante que ayuda a suavizar schock externo en un mercado financiero líquido y bien desarrollado que permita tanto a empresas financieras como a empresas no financieras cubrirse contra el riesgo de precios, disminuyendo vulnerabilidad del país.
Además, destacó que se trató de un esquema creíble de metas de inflación a mediano plazo capaz de anclar las expectativas inflacionarias que al mismo tiempo permitiese que el Banco Central respondiese con flexibilidad a los movimientos de corto plazo de la tasa de inflación, es decir, una política fiscal sostenible y creíble con una dinámica de deuda pública favorable en caso de shocks.
Así, el contexto macro institucional previó la autonomía del Banco Central de Chile, la institucionalidad fiscal con criterio de sostenibilidad, y otros elementos como la apertura comercial, lo que generaron buenas condiciones para la dinámica de crecimiento.
A su turno, Edmar Bacha, economista brasilero que instituyó el Plan Real de Brasil, recordó que, hacia 1992, Tamara franco sucedió el presidente Collor de Mello, quien renunció para evitar un Impeachment. En mayo de 1993, Franco nombró ministro de hacienda Fernando Henrique Cardoso. En ese momento, la inflación anual alcanzó 1500%, mientras que la tasa de inflación de 12 meses alcanzaría 3000%. Así, los precios contractuales de bienes y servicios, los salarios, las pensiones, la cotización oficial del dólar, los valores financieros, estaban casi todos legalmente indexados a la inflación.
“El dólar oficial se reajustaba por la inflación todos los días, los transportes urbanos una vez al mes, los salarios parcialmente cada dos meses e integralmente cada cuatro meses, los alquileres de vivienda cada seis meses”, detalló Bacha al panel, al tiempo que agregó que el Banco Central mantenía la tasa de interés a un día siempre por encima de la tasa inflación observada.
Además, el Congreso votaba el presupuesto federal con un gran déficit potencial. En ese Marco, el Plan Real fue anunciado en diciembre de 1993 por el ministro de hacienda Cardoso. Este programa de estabilización tenía tres fases: en primer lugar, una enmienda constitucional diseñada para equilibrar el presupuesto, segundo, la unificación del sistema de indexación que reflejase la inflación vigente para ser seguida por la introducción de una nueva moneda fuerte y estable en sustitución del cruzeiro real. Además, el Congreso brasileño concluyó la primera parte del Plan para probar una enmienda constitucional que permitió reducir gastos obligatorios alrededor del 20% y así validar un presupuesto equilibrado para 1994.
Acto seguido, el presidente Franco presentó al Congreso un decreto que creaba la unidad real del valor URV como parte integral del sistema monetario de Brasil. El valor de la URV fijó en un dólar y ambos empezaron a apreciarse diariamente con relación al cruzeiro real, según las mismas tasas de inflación.
“Todos los salarios, las pensiones, los contratos públicos, los alquileres de vivienda y las cuotas escolares quedaron expresados en URV por fuerza de ley”, recordó el economista.
El 30 de junio de 1994, otro decreto presidencial convirtió a la URV como medio de pago a partir del 1 de julio. El valor del real en dólares se fijó según una banda simétrica. El Real valdría 1 dólar, pero podría preciarse libremente por encima de esa paridad. “La inflación cayó en un promedio de 40% mensual en el primer semestre a un 2% mensual en el segundo semestre. El 3 de octubre de 1994, Cardoso fue elegido presidente de Brasil lo que permitió continuar el Plan. A partir de octubre de 199, la inflación bajó a menos de 10% en 12 meses”, detalló.
Para finalizar, Bacha brindo sugerencias para Argentina, entre ellas, equilibrar el Presupuesto, mantener tipos de interés reales positivos, asegurar que los precios críticos como tarifas y tipos de cambios están en equilibrio, introducir una unidad de cuenta diaria (factor de ajuste por inflación), para sincronizar la evolución de los salarios, precios, tarifas, tipo de cambio y valores financieros. Además, aconsejó darle tiempo para el uso generalizado de esta unidad de cuenta y luego convertir la moneda estable del país.
El Debate, que se llevó a cabo el martes 16 y miércoles 17 de agosto, contó con la presencia de economistas, profesores, ex ministros de Economía de diferentes países latinoamericanos, así como ex presidentes de los Bancos Centrales de la región, entre los que también se encontraron: Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de Eco Go Consultores, Horacio Liendo, ex director del Banco Central de Argentina, Alfredo Arizaga, ex ministro de Economía y Finanzas de Ecuador, Martín Uribe, profesor en la Universidad de Columbia, Diana Mondino, economista y ex directora de Standard & Poors para Latam, Alfredo Romano, presidente de Romano Group, Isaac Alfie, ex ministro de Economía y Finanzas de Uruguay, Augusto de la Torre, jefe para Latam y el Caribe del Banco Mundial, y Alejandro Werner, director del Georgetown Americas Institute.