Existen quienes optan por viajar en auto y los que, por comodidad y rapidez, prefieren el avión. Pero están también aquellos a quienes les gustan los desafíos y deciden emprender su travesía en moto. Para ellos, este no es sólo un recorrido para llegar a destino sino una experiencia en la que van conociendo lugares, personas y generando momentos que quedarán guardados en su memoria por mucho tiempo.
Leandro Leone emprendió en 2013 su primer viaje largo en moto desde Buenos Aires. Los destinos elegidos para comenzar fueron Brasil, Uruguay, Paraguay y Cataratas del Iguazú.“Viajé con cuatro amigos y para todos era algo nuevo. Teníamos dos preocupaciones antes de salir: por un lado la lluvia que anunciaban, y que nos acompañó gran parte del viaje, y por el otro, que no le pase nada a la moto dado que íbamos a visitar lugares que no conocíamos. La verdad es que dependés totalmente de tu vehículo, entonces estás muy atento para que no haya ningún problema” comentó.
Dado que Leandro trabaja en X-28 Alarmas, una empresa nacional de seguridad electrónica, y tiene conocimiento sobre los productos desarrollados para vehículos, le sugirió a sus amigos instalar alarmas para viajar más tranquilos “Al principio hubo resistencia porque hay un mito entre las personas que manejamos moto sobre el gran consumo de batería por parte del sistema de alarma. Cuando estábamos de viaje íbamos a un camping y nos preguntaban: ¿de verdad tenés una alarma y no hace que la moto te deje en banda? “ contó. Y agregó “La realidad es que los sistemas de la Serie M de X-28 tienen muy poco gasto de energía y además, cuando no están activados, tienen la función de cero consumo para que justamente no se descargue la batería.
El viaje lo fueron haciendo de a partes porque, debido a la autonomía de sus motos, no podían recorrer más de 600 km diariamente y, además, necesitaban estar descansados para poder seguir manejando al día siguiente. Camping, hoteles y puntos panorámicos fueron los lugares de encuentro donde surgían fácilmente charlas entre estos viajeros que comparten una misma pasión. “Lo más común es hablar de lo que nos gusta: un modelo nuevo, una moto restaurada, cuál es el mejor equipamiento o cómo cuidás a tu moto” explicó Leandro. Y agregó “ahí es cuando yo les decía que existen marcas como X-28 Alarmas que pensaron en la necesidad de tranquilidad de los que viajamos en este vehículo y generaron un producto que no ponga en riesgo continuar con el camino programado”.
Otro recorrido completamente distinto fue el que Diego Cangi, amigo y compañero de rutas de Leandro Leone en el 2013, realizó en el mes de enero de este año. Diego viajó desde Buenos Aires hasta el fin del mundo sobre dos ruedas atravesando las provincias de La Pampa, Neuquén, Río Negro, Santa cruz y Chubut. Esta vez decidió emprender rutas solo, como una experiencia personal, y al respecto comentó: “Es el cuarto viaje que hago. Esta vez quise probar que se sentía viajar solo y la verdad es que siempre encontrás alguien en el camino que te da una mano, se pone a charlar con vos, te consigue donde dormir o te invita a tomar un mate. Yo no soy muy sociable pero al viajar de esta manera pude acercarme más a los demás y compartir con gente que no conocía…”
Para estos viajeros sus motos son el bien más preciado. Diego confesó que “a la hora de salir a la ruta no interesa si tu vehículo es chiquito o no es último modelo, importa el amor que le ponés a esa moto: cómo la customizás, qué dispositivos usás para cuidarla y mimarla, cómo la preparás”. Este porteño de 34 años tiene dos motos y a las dos las cuida por igual; una de ellas la usa en la ciudad y otra cuando decide emprender nuevos caminos. Y respecto a esto contó “Cuando me fui dejé mi otra moto, con la que me muevo todos los días, en un garage. Estaba un poco preocupado por la batería dado que no la iba a arrancar por más de un mes y la dejé con la alarma de X-28 activada porque quería estar tranquilo”. Y agregó: “Cuando volví, la moto funcionaba perfectamente y la batería estaba intacta. Por eso siempre digo que es muy importante que los productos que le pongas sean de calidad, para no arrepentirse después”.
A estos amantes de las motos no les preocupa llevar poca ropa, dormir incómodamente o necesitar unos días más después de sus vacaciones para descansar del viaje. Ambos coinciden en que no hay nada que se compare con la experiencia de salir a la ruta con su compañera y continúan planeando próximos viajes. Diego piensa en llegar a Machu Picchu y Leandro quiere conocer el sur argentino, por recomendación de su amigo. “Hay un idioma universal en la ruta que es andar en moto. Se te cruza cualquier persona, tenga la edad que tenga, y es igual a vos. Es por eso que siempre entre nosotros nos damos consejos para que nuestra compañera de ruta tenga todo lo necesario para poder acompañarnos en el camino” finalizó Leandro.