(ARGENTINA).-El plazo de pago de 180 días, establecido por nuevo Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), mantiene en situación de quiebre de stock a las automotrices y su dependencia de los repuestos importados. También complica a sectores como la actividad forestal y la producción textil.
Desde la Asociación Argentina de Fábricas de Componentes (AFAC) reconocen que las dificultades para hacerse con piezas se multiplicaron tras la implementación del nuevo sistema.
La falta de dólares complica las compras en tanto quienes abastecen desde el exterior exigen determinados pagos por adelantado antes de activar los embarques.
Las complicaciones para hacerse con insumos ya generaron a fines de octubre que Fiat frenara por completo la producción de unidades como el Cronos, con cese parcial de actividades en las áreas de chapa, pintura y montaje.
La situación en Fiat ocurrió a sólo semanas de que Renault y Nissan también suspendieran actividades por efecto de las demoras en la instrumentación del SIRA.
Recientemente, desde entidades como la Federación Argentina de Talleres de Reparación de Automotores y Afines (FAATRA) reconocieron subas de precios a tono con el porcentaje antes mencionado. Y señalaron que el desabastecimiento es cada vez más visible en tanto el 70 por ciento de las piezas que demandan los mecánicos locales proviene del exterior.
Fuentes ligadas a FAATRA reconocieron que los autos «se apilan» en los talleres por la falta de repuestos y, en muchos casos, por la imposibilidad de los dueños de afrontar el aumento de las piezas de forma inmediata.
Asimismo, y según datos de la Cámara Argentina de la Industria de la Madera (CAIMA), los productores de tableros también atraviesan una situación crítica por el freno a las importaciones. Según la entidad, peligran 2.000 pyme y alrededor de 60.000 puestos de trabajo.
Alerta en sector automotriz: producción y ventas en crisis
Otras faltantes
A la par de lo que ocurre con las automotrices, los fabricantes de electrodomésticos y electrónica en general también enfrentan complicaciones para hacerse con piezas y repuestos para sostener la producción.
En las casas de repuestos, según indicaron comercializadores, los faltantes van desde las ópticas y los espejos hasta el desabastecimiento de radiadores, baterías y filtros.
Las forestales están entre las empresas que en los últimos días explicitaron sus dificultades para operar en este contexto de trabas vigentes. De hecho, la chilena Arauco, antes conocida como Alto Paraná, informó que está a un paso de detener por completo su labor ante la falta de insumos básicos.
Desde la empresa se indicó que el sector carece de permisos flexibles y, a partir de este desabastecimiento de materiales y sustancias para el funcionamiento industrial, podrían comenzar a faltar productos como pañales, papel higiénico y toallas absorbentes, así como también de la industria del embalaje, madera, muebles y papel.
Por último, uno de los sectores que rápidamente expuso críticas al SIRA es el de los textiles, que a través de distintos representantes anticipó la potencial paralización de la actividad si no se libera de forma urgente el ingreso a la Argentina de prendas y telas.
La voz oficial
Las terminales automotrices se reunieron el miércoles pasado con el secretario de Comercios, Matías Tombolini, para analizar el funcionamiento del nuevo sistema de administración del comercio exterior puesto en marcha hace dos semanas.
El principal problema que se generó con el cambio de régimen, además de los mayores controles para ingresar mercadería, es la postergación de pagos a los proveedores del exterior que pasó de 60 a 180 días.
Eso provoca un problema serio ya que no sólo tiene un costo financiero, sino que desde las empresas que venden materias primas y piezas a las fábricas locales están alertando que no van a mantener el flujo si se mantiene este mayor plazo. Incluso ya alguna terminal recibió carta de un proveedor multinacional del exterior advirtiendo que dejaría de enviar mercadería.
Las terminales solicitaron que se reduzca ese tiempo para que el Banco Central libere dólares al cambio oficial.
Desde el Gobierno les pidieron a las empresas que sean las casas matrices las que financien, por ese plazo, a sus filiales locales para seguir recibiendo insumos y mantener la producción.
En el caso de las empresas que exporten y tengan superávit en su balanza comercial no tendrán necesidad de recibir dólares ya que se los generan. El problema es para los que no exporten o lo hagan en baja cantidad.
La preocupación que hay en el sector es si cumplidos esos 180 días recibirán los dólares al cambio oficial o se volverá a patear el pago. Según pudo saber Ámbito, fue en esos casos que el Gobierno pidió que los dólares los pongan las casas matrices. El Gobierno se comprometió a recortar ese plazo y están esperando que se cumpla.
Como las reuniones fueron individuales, es decir empresa por empresa, el planteo fue diferente para cada una. También se habló de importar vehículos o repuestos al valor del dólar financiero. Lo que quedó claro en las empresas es que se mantendrá la dureza en el acceso a divisas al cambio oficial.