(LATAM).-Se considera que la inclusión financiera es un elemento que facilita la consecución de 7 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El Grupo de los Veinte (G20) se comprometió a promover la inclusión financiera en todo el mundo y reafirmó su compromiso de implementar los Principios de alto nivel del G20 para la inclusión financiera digital.
En la misma línea, el Grupo Banco Mundial considera que la inclusión financiera es un elemento facilitador clave para reducir la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida.
Para ello, es clave que el cambio empiece desde las mismas entidades nacionales que regulan, supervisan y controlan el sistema financiero, ya que tienen un rol clave para crear las condiciones normativas, así como los lineamientos que facilitan el desarrollo de ecosistemas financieros virtuosos y sostenibles para el acceso al financiamiento e inclusión financiera de las mujeres.
Ahora bien, la incorporación de la perspectiva de género al interior de las entidades y sus procesos de regulación, control y supervisión de las instituciones financieras se tendría que concretizar mediante 4 acciones principales: i) Medir y visibilizar las brechas persistentes en la oferta financiera y no financiera con información desagregadas por sexo, género y otras variables sociodemográficas importantes; ii) analizar la normativa desde una perspectiva de género y realizar ajustes a la misma; iii) fortalecer las capacidades institucionales para facilitar el cambio organizativo; y finalmente iv) crear mecanismos de rendición de cuentas que permitan medir de forma periódica y transparente los cambios realizados por las entidades en favor de la igualdad e inclusión financiera.
Finanzas con perspectiva de género
Cabe recordar que, en el marco del Evento Paralelo Organizado en el marco de la XIV Reunión de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, llevado a cabo el año pasado en Chile, se abordó la inclusión financiera con perspectiva de género.
En ese sentido, destacaron que “el empoderamiento económico de las mujeres supone asegurar su ingreso económico y capacidad para gestionar y tomar decisiones sobre los recursos financieros, de titulación y gestionar sus vidas de forma autónoma y libre de violencia. Debe entenderse de manera integral y en forma interseccional, con otros Derechos Humanos. Este concepto, hace eco de las necesidades de las mujeres de la región y las resignifica como la única vía posible para construir y reinventar economías más fuertes e inclusivas, sociedades más pacíficas, estables, justas y democráticas”.
Con relación a las brechas de género se ha comprobado la existencia de un déficit para el financiamiento a PYME propiedad de mujeres, así como un acceso inadecuado a los servicios financieros. En América Latina y el Caribe (ALC), según el Banco Mundial, sólo el 49% de las mujeres tiene una cuenta bancaria, el 11% ahorra y el 10% dispone de crédito. Por su parte, en algunos países de la región existen brechas de género en cuanto a las capacidades financieras, al evidenciarse que las mujeres se posicionan en una situación de desventaja con respecto a los hombres en conocimientos y comportamiento financieros.
Esta situación ha conducido a que la inclusión financiera juega un rol clave en la reducción de la pobreza y en el crecimiento económico inclusivo, como lo reconoce la Agenda 2030 de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y los compromisos de Beijing 95, convirtiéndose en una prioridad en la agenda para el desarrollo y la igualdad de género suscritas por para las autoridades, los órganos encargados de las reglamentaciones y los organismos de desarrollo a nivel mundial.
En los últimos años se han dado varias iniciativas en América Latina y el Caribe en materia de financiamiento, pero la mayoría de los países siguen estando rezagados en cuanto a la educación financiera y al acceso a servicios financieros, como ahorro, crédito y seguros para las mujeres, hecho que provoca que ellas tengan menor capacidad de ahorro, menos acceso a préstamos, incapacidad para enfrentar riesgos y, en definitiva, menos posibilidades de desarrollo productivo.
#8M en LATAM: Inclusión financiera, aspecto central en la igualdad de género
Mujeres tendrían menos acceso al crédito
La directora del BICE, Carla Pitiot, brindó detalles sobre inclusión financiera: «Me enorgullece que desde el banco podamos atraer inversiones con triple impacto».
«Es absolutamente lógico que las empresas busquen rentabilidad, pero elegimos empresas por sus proyectos de inversión productiva, por la cantidad de empleo que van a generar; analizamos cuántas mujeres se van a incorporar y qué impacto ambiental va a tener», dijo en su disertación en el Women Economic Forum, foro enfocado en la economía de la mujer.
En ese marco, continuó: «Observamos qué mirada va a tener respecto de la inclusión financiera porque, ciertamente, hoy las mujeres están en desventaja. Suelen acceder menos al crédito porque, generalmente, son empleadas en trabajos de menor calidad».
«Es importante darles herramientas a las mujeres para poner fin a las brechas entre hombres y mujeres. Por eso, una de las primeras políticas del BICE fue crear un comité de género y diversidad», comentó.
Pitiot precisó que «los varones cuentan con mayor educación financiera, se endeudan a más largo plazo y con mejores tasas. En cambio, las mujeres, por una cuestión cultural, se endeudan para el consumo doméstico. No es que esté mal, pero podemos tener una visión más estratégica».