Coloquio de IDEA reúne a empresarios de todo el país

El 58° Coloquio de IDEA lleva adelante su última jornada, donde empresarios y funcionarios se dan cita para discutir sobre la economía del país.
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(ARGENTINA).-En el primer panel del segundo día del encuentro, funcionarios y empresarios debatieron sus ideas y coincidieron en la necesidad de tener un tipo de cambio unificado y de salir de las trampas del corto plazo, para tener una mirada que apunte hacia el futuro.

Primero se escucharon las propuestas de Tomás Allende, socio del Estudio Beccar Varela, Laura Barnator, general manager de Unilever para Argentina, Uruguay y Paraguay y Roberto Bouzas, economista y profesor emérito de UdeSA.

«El problema de fondo, en mi interpretación, es que predomina la idea de que hay dos modelos excluyentes en competencia permanente. La dirigencia no ha conseguido resolver este problema, no ha podido construir una propuesta de política que rompa esa idea de que hay dos modelos antagónicos», planteó Bouzas.

«Hay dos precondiciones básicas para la inserción de Argentina en el mundo: una normalización de la situación macro, porque la volatilidad y la falta de estabilidad son perversos para la toma de decisiones, y una buena política de internalización», sugirió el economista.

Laura Barnator, de Unilever, propuso por su parte la articulación de la inversión extranjera con los jugadores locales. «Primero traes las inversiones, después hay que cuidarlas. Las inversiones extranjeras no funcionan solas, la cadena de valor es mucha más amplia: genera mejor empleo y trabajo calificado, así como un posicionamiento de la Argentina con mayor valor agregado», observó.

«No existe una política de desarrollo pensando en externo e interno, debe ser integral. Hay que hacer inversiones fuertes y capacitar perfiles para hacerlo», añadió la general manager de Unilever.

Allende, del Estudio Beccar Varela, apuntó que «el mundo va hacia una conjunción normativa». «Estamos proponiendo diseñar instrumentos de financiación a largo plazo porque en el mercado vemos una oferta de corto plazo. También crear algún seguro de crédito para que nuestros clientes puedan cumplir con sus compromisos», señaló al añadir que «la previsibilidad te da credibilidad».

Luego fue el turno de debatir ideas entre Ivana Cavigliasso, gerente de calidad de Prodeman, José Ignacio de Mendiguren, secretario de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, Claudio Rodríguez, director de IDEA, y Dante Sica, exministro de Producción.

Enseguida tomó la palabra Dante Sica, que destacó que Argentina tiene «una industria bastante más diversificada que la del resto de América latina, pero muy fragmentada». «Tenemos química, farmacéutica, automotriz, tecnológica pero el problema es que no están articuladas entre sí. Tenemos un estado débil que no genera recursos», criticó.

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El debate sobre una Reforma laboral

La postura de la organización fue alejarse de las ideas de una reforma integral laboral sino centrarse en tres aspectos: la reducción del costo de litigiosidad, los acuerdos particulares entre gremios y empresas para modernizar convenios colectivos y el puente de empleo para convertir planes sociales en trabajo privado.

La discusión, que estuvo dividida en dos partes, primero con presencia de ejecutivos de empresas y del consultor Emmanuel Álvarez Agis y luego un panel compartido entre dirigentes gremiales y el diputado opositor Martín Tetaz, versó sobre cuáles serían los cambios viables en un contexto macroeconómico como el actual.

En primer lugar, expuso Álvarez Agis, ex viceministro de Economía de Cristina Kirchner, quien realizó un estudio en profundidad sobre casos exitosos de negociación entre empresas y gremios. “La reforma laboral ya está hecha, la economía no genera el trabajo de calidad que queremos”, definió el economista, que desestimó la idea de una reforma laboral tradicional.

Asimismo, dijo que la situación actual “es un camino que nos hace perder a todos”.  En ese sentido, “El Estado recauda poco y tiene que pagar jubilaciones. El sindicato pierde representatividad y la empresa también se perjudica porque no sabe si mañana tiene un juicio o un conflicto. Estamos en un equilibrio malo”, continuó.

Además, Álvarez Agis sostuvo que “parte de la enseñanza es que tenemos que ir a un esquema en que todos ponen algo hoy para sacar algo mañana. Entendemos bien el problema, ¿pero en algún lugar del mercado de trabajo aparecen soluciones? Sí, empezaron a aparecer. Experiencias donde cediendo todos, pudieron crecer”.

Para eso, ejemplificó con dos casos: “Uno de el del sector automotriz con el gremio SMATA (con la empresa Toyota). Vimos que el convenio lejos de ser un obstáculo fue una gran herramienta. Los convenios pueden modernizarse y ser factores de seguridad jurídica a futuro”, comentó el consultor.

“El menos conocido es el de La Bancaria con un banco internacional que generó empleo de calidad con una reformulación del convenio a medida de las necesidades de la compañía”, siguió. “Cuando se dice que para arreglar esto hay que sentarse, hay que ir a esa mesa sin pensar qué me voy a llevar hoy sino qué voy a poner para llevarme algo en el futuro”, aseguró.

La propuesta de IDEA

Tras la exposición del economista y director de PxQ, el Coloquio de IDEA presentó su propuesta para el mercado laboral, que estuvo explicada por Santiago Nicholson, Managing Partner de Nicholson&Cano Abogados, Martín Berardi, presidente ejecutivo de Ternium Argentina y Gabriela Bardín, Gerente General de P&G Argentina.

La propuesta apunta a tres elementos en particular: reducir la incertidumbre a la hora de contratar respecto a la litigiosidad y alto costo, adaptar convenios colectivos y un esquema de migración desde planes sociales a empleo formal.

Sobre el primer punto, Nicholson aseguró que “no hace falta una gran reforma laboral”. Por eso, abogó por una modificación en “el sistema de multas que se sancionó posterior a la ley de contrato de trabajo, sanciones por no tener registrado debidamente a sus empleados. No funcionó en la práctica sino todo lo contrario”, cuestionó.

En ese sentido, dijo que proponen “reemplazar el sistema por otro en el que el Estado sea el que se encargue de controlar y percibir esas multas y que tengan relación con la infracción que cometan las empresas, porque a veces llega a quintuplicar el costo de la indemnización. No proponemos un ‘viva la pepa’ sino que el Estado controle y combata la informalidad”, dijo Nicholson.

Berardi fue el encargado de explicar el segundo punto, que implica diálogo con los sindicatos. “Hay ejemplos en que se comprendió la oportunidad y que el mundo está cambiando. Se tuvo la mente abierta para adaptar convenios colectivos a nuevas realidades”, entre los que mencionó los ya citados casos en el sector bancario, automotriz y en Vaca Muerta.

La propuesta de IDEA apuntó a reducir la incertidumbre a la hora de contratar respecto a la litigiosidad y alto costo, adaptar convenios colectivos y un esquema de migración desde planes sociales a empleo formal

Pero también hay espacio, dijo, para otros acuerdos bien puntuales. “La tecnología irrumpe en todos lados. Vemos equipos nuevos en la siderurgia que vamos a instalar y los puestos de trabajo no son los mismos. No hay palancas, es más una pantalla similar a la de un operador de Bloomberg en que se controla todo y solo se interviene cuando hay un problema. Eso va a requerir apertura de cambiar las cosas y los acuerdos privados en la micro de las grandes empresas hay que empujarlos, abrir espacios entre sindicatos y empresas que generen copia de conducta”, apuntó. “Si no hay empleo, no hay ecuación fiscal e inserción en el mundo que sea posible”, completó el ejecutivo de Ternium.

Por su parte, Bardín habló de la posibilidad de migrar planes sociales hacia empleo privado. “Necesita ingredientes adicionales para hacer que sea un éxito”, dijo la ejecutiva de P&G. “Tal vez esas personas nunca trabajaron ni tuvieron empleo formal o se quedaron afuera hace un tiempo”, dijo.

Por eso, se preguntó “¿cómo hacer para prepararlos para que sean exitosos?”. Como respuesta, ensayó. “Hay algo que es fundamental: extender el período de prueba, que hoy dura 3 meses. Generar entrenamiento, disciplina, hábitos que tal vez no tienen o perdieron. Extender por lo menos a 6 meses para permitir que sea exitosa la incorporación”, dijo Bardín.

Además, mencionó que sería necesario “reducir cargas patronales y que el monto del plan social sea parte del salario. Hay que darle seguridad las personas, a las empresas y a los sindicatos”, continuó. Por último, como una garantía para ese beneficiario que pueda conseguir un empleo formal, el Coloquio de IDEA propuso que “si se extinguiera la relación laboral, que puedan volver al plan social, porque hay miedo de dejarlo para explorar el trabajo en el sector privado”.

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