CHILE: Impuestos, empleo, pymes y startups en la agenda de Boric

El flamante presidente de Chile, Gabriel Boric, tiene entre sus propuestas económicas elevar los impuestos, creación de empleos, apuntalar pymes y startups.
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El flamante presidente de Chile, Gabriel Boric, referente de una izquierda en ascenso, tiene entre sus propuestas económicas elevar los impuestos, desarrollar industrias más ecológicas y reducir la desigualdad en una de las economías más ricas de Sudamérica. Creación de empleos, apuntalar pymes, emprendedores y startups son otros de los ejes.

Con un 69% de los votos escrutados, el ex líder estudiantil contaba con el apoyo del 55%, seguido por el rival conservador José Antonio Kast, con un 45%, Informó el Servicio Electoral de Chile, Servel. Boric, de 35 años, asumirá el cargo en marzo como uno de los presidentes más jóvenes del mundo.

Su plataforma promete cambios rotundos en uno de los países favoritos del mercado financiero mundial. Boric quiere desmantelar algunos pilares de la economía de Chile, como sus fondos de pensiones privados, que forman la base de los mercados de capitales locales. Él respalda un aumento de los impuestos, tanto para los ricos como para la trascendente industria minera de la nación —Chile es el mayor productor de cobre del mundo— al mismo tiempo que promete mantener bajo control la deuda del Gobierno.

El nuevo presidente también tendrá que lidiar con una desaceleración del crecimiento económico, el que disminuiría desde un máximo histórico de aproximadamente un 12% este año a una tasa cercana al 2%, según el banco central.

En marzo, Boric asumirá una nación que se enfrenta a una agitación política sin precedentes. El malestar social dio inicio al proceso de redacción de una nueva Constitución, que ahora está siendo desarrollada por una Convención Constitucional de mayoría izquierdista, que se someterá a un referéndum nacional en 2022.

Las propuestas económicas de Boric

El Mandatario electo se comprometió a respetar el Presupuesto y ceñir el avance de su programa por US$ 12.500 millones a lo que vaya recaudando su reforma tributaria por 5% del PIB.

Una economía que crecerá entre 1,5% y 2,5% con algunos trimestres negativos, con un retroceso del consumo y de la inversión, y todo con una inflación prevista de 7% en marzo que se espera vaya bajando gradualmente. Este es el complejo escenario que prevé el Banco Central para 2022 y que marcará el debut del Gobierno del Presidente Gabriel Boric.

En materia económica, la prueba de fuego de la nueva administración es impulsar una política fiscal que contribuya a reducir los desequilibrios existentes, acompañando al Banco Central en esa tarea.

El escrutinio se centrará en dos puntos: primero, ceñirse al gasto público que considera el Presupuesto 2022, que retira la mayor parte de las ayudas entregadas en pandemia; y segundo, una trayectoria fiscal creíble para ir reduciendo el déficit estructural de 3,9% del PIB proyectado para 2022, formalizándolo en un decreto a emitir a más tardar en julio.

Luego de que su consejo económico externo se lo recomendara, Boric se comprometió a respetar el Presupuesto 2022, reducir el déficit y estabilizar la creciente deuda pública bajo 40%. El año próximo, este indicador debería cerrar en 37,4%, según estimaciones oficiales.

El plan de gobierno de Boric, según lo informado por economistas de su comando, cuesta US$ 12.500 millones. Se financia íntegramente con los cambios tributarios que ahora busca empujar en forma gradual. «Parte de nuestro programa solo se hará efectivo en la medida en que alcancemos la recaudación y el crecimiento esperado», afirmó en el debate de la Archi.

Pero las dudas sobre la sostenibilidad de su propuesta persisten. Por ejemplo, condonar la deuda estudiantil o pagar la deuda histórica de los profesores consumen por sí solas casi el costo total del programa.

Foco en crecimiento

Boric apunta a una transformación productiva para «superar el estancamiento y retomar el dinamismo económico», aprovechando los recursos naturales de modo compatible con el medio ambiente y potenciando la investigación e innovación para generar nuevos sectores. También se citan apoyos para pymes, emprendedores y startups.

Aunque cree en la economía el Estado y los privados no son excluyentes, considera que la situación actual está desequilibrada. Su programa original considera crear una serie de empresas públicas, aunque ese foco parece haberse limitado luego de las recomendaciones de su consejo externo. «Creo en la socialdemocracia y en la colaboración del sector público y privado y no me gustan las hegemonías de ningún sector, como hoy en Chile tenemos la hegemonía del mercado por sobre lo público», dijo en el mismo debate.

Señaló que la revisión de tratados de libre comercio anunciada en su campaña «siempre es de carácter bilateral y jamás en perjuicio de productores chilenos».

Cambios tributarios sustantivos

Aunque la ambiciosa meta de recaudar 8% del PIB en 8 años mediante un conjunto de cambios tributarios se mantiene, en la segunda etapa de la campaña se priorizó el avance de algunos cambios apuntando a recaudar 5% del PIB al 2025 como hito intermedio. Con todo, Boric ha dicho que está consciente de la necesidad de acuerdos políticos pára viabilizar este plan.

Los cambios tributarios a los que se les busca dar mayor velocidad se concentran en el conjunto de reformas que gravan la riqueza, incluyendo un nuevo impuesto patrimonialy otro a las utilidades corporativas no retiradas, la eliminación de nueve exenciones y un nuevo royalty a la gran minería del cobre, basado tanto en las ventas como en la rentabilidad operacional. También en medidas contra la evasión y elusión.

«Hay otros aspectos de la reforma en que es importante una implementación más pausada», dijo el asesor Nicolás Bohme, aludiendo tanto a los cambios en el tributo a la renta (desintegrar el actual sistema y elevar la tasa para las personas que ganen sobre $4,5 millones mensuales) como en los impuestos verdes a productos contaminantes, como el diésel.

Mercado laboral

Boric ha insistido en la creación de empleo como prioridad a corto plazo y se impone la meta de recuperar 500 mil empleos femeninos. Para esto fortalece los subsidios de promoción a la contratación existentes (IFE Laboral, Bono Mujer, Bono al Empleo Joven) y también considera un rediseño al seguro de cesantía.

El norte en materia laboral es el «trabajo decente», un concepto que ha acuñado la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como sinónimo de empleo digno. Hay dos medidas emblemáticas: elevar gradualmente el salario mínimo llegando a $500 mil al final del gobierno y reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales (proyecto que hoy está sin avance en el Senado). Habrá medidas para ayudar a las pymes a adptarse a estos cambios, incluyendo gradualidad, han asegurado en su comando.

También se buscará ampliar la cobertura de la negociación colectiva, incluyendo la negociación ramal, y reconocer la huelga «como un instrumento de la organización de los trabajadores para la defensa de sus intereses».

 

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