La personalización de espacios será primordial ya que el hotel no será un lugar para dormir únicamente, además, servirá para trabajar y concentrarse en un lugar donde tendrá un distanciamiento social ‘inteligente’ y que esté alejado de las multitudes.
La flexibilidad será el modelo que se impondrá en la adecuación de los espacios; las habitaciones personalizadas, permitirán dependiendo de la necesidad del usuario y de la especialidad de los hoteles ofrecer lugares de hospedaje, servicios mixtos como los de una oficina/coworking, reuniones y áreas dotadas para estadías más largas.
El interiorismo se basará, sin dejar atrás la parte estética, en algo más funcional y enfocado en el confort y un poco menos ‘decorativo’; se impondrá el uso de materiales antibacteriales y ‘self cleaning’ que le permitan al huésped sentirse seguro y que a su vez sea de muy fácil mantenimiento. Hoy, a nivel global las grandes marcas de productores de telas, alfombras, pisos laminados entre otros, están trabajando intensamente para incorporar materia prima con características especiales, involucrando fibras de cobre, titanio, resinas, sellantes y otros elementos que hacen que el producto cuente con altas propiedades de asepsia. Existen otros materiales que tienen propiedades antimicrobianas naturales tales como el cobre y el bronce, los cuales serán de gran utilidad, ya que además de ser un material estético y llamativo para el interiorismo, ha confirmado ser repelente a las bacterias y el virus se desvanece muy rápidamente. El corcho, y maderas como roble y pino tienen múltiples cualidades antibacterianas, sostenibles y cálidas, ideales para ser involucrados en los diferentes espacios.
Por otro lado, la pandemia aceleró tendencias que ya se venían incubando para los hoteles y las soluciones tecnológicas que permitan mejorar e implementar protocolos de bioseguridad, facilitar el distanciamiento social y minimizar el contacto. La tecnología permitirá que muchos procesos como el check-in y el check-out, pedidos a la habitación, acceso a los espacios y ‘amenities’ sean realizados de manera online.
Desde Interior1, como estudio enfocado en el diseño de interiores, especializado en el desarrollo de espacios corporativos, recomendamos a los hoteles tener en cuenta estas cuatro premisas:
Un hotel touchless – touchfree, con normas y elementos de bioseguridad que le permitan al usuario sentirse completamente seguro.
Un hotel responsable en consumo y espacio, que sea consciente en todo sentido, buscando la sostenibilidad en todas sus estrategias arquitectónicas, espaciales y de servicio, respetando el medio ambiente, su fauna y flora dependiendo de la ubicación del mismo. Un espacio que refleje conciencia a la hora de ofrecer servicios, restaurantes con comida local, slow cooking. Incluso, ya estamos viendo una tendencia muy marcada de desglobalización y desmasificación en el usuario postcovid. El interiorismo debería buscar generar espacios más pequeños, de menor escala para estar, comer, dormir y compartir. Se le podría llamar algo así como ‘La desmasificación’ de los espacios y los servicios.
Uso eficiente del espacio exterior serán unos de los más importantes y necesarios en esta nueva era. Contar con un espacio que nos conecte con la naturaleza será parte de nuestro ritual habitual. Generar nuevos ‘amenities’ en estas zonas serán de gran valor para los huéspedes y usuarios del hotel.
Ofertas flexibles a la hora de ofrecer los espacios privados se debe repensar cómo ofrecer al huésped servicios como coworking, oficina por días, estadías largas, estadías personalizadas.
En los últimos 10 años, los hoteles se han ido transformando para ser espacios públicos y no solamente para huéspedes, con ofertas variadas de restaurantes, cafés, zonas de trabajo compartido, spas entre otros y ante este momento tendrán que avanzar en este tema para que su oferta sea realmente más fuerte.