La pandemia no sólo modificó las rutinas de la sociedad, sino que tuvo un impacto directo en los hábitos de consumo, que debieron modificarse acorde a los nuevos patrones que imponía el Covid-19.
Según datos, América Latina fue una de las más afectadas por la crisis, lo que resultó en una transformación de los hábitos de consumo, que trajo como resultado algunas tendencias.
Cerca de 67% de los habitantes de la región afirmaron que, en 2020, sus hogares percibieron una disminución de los ingresos. A esto se suma una profunda percepción de la contracción de los salarios y la pérdida de empleos: según la encuesta, 21% de los latinoamericanos tuvieron reducciones importantes en sus sueldos, mientras 32% perdió su empleo o no logró conseguir uno en ese periodo.
En ese marco, estos factores impulsaron nuevas tendencias, que ahora reconfiguran el comportamiento de los consumidores latinos de cara a una nueva etapa de recuperación luego de la pandemia. Entre estas se incluyen: un mejor análisis de precios, el consumo de nuevos productos, las compras por conveniencia y el uso de dispositivos digitales, tanto para pagos como para realizar nuevas compras, entre otras.
El caso de Colombia en la pandemia
En el caso de Colombia, según el estudio Consumer Pulse de la firma Bain & Company, un 50 % de los consumidores dicen que se preocupan más por su salud que antes de la pandemia, por lo que han gastado más en víveres y alimentos (19%) y en servicios de salud (16 %).
De todos modos, cuando consideren que el covid-19 dejó de ser un riesgo estarán dispuestos a destinar más recursos a actividades como el turismo doméstico (28 %), los viajes internacionales (21 %), la gastronomía (12 %) y la moda y la belleza (4 %).
Así, Colombia cerró el primer trimestre de 2021 estable, pero todo indica que habrá una corrección a la baja en las compras de bienes de consumo masivo.
Un punto a considerar es que la base de la pirámide económica le sigue adjudicando el 26% de su presupuesto a la compra de alimentos, aunque la pandemia ha afectado los ingresos de aproximadamente el 80% de estas familias.
Inicialmente, las familias preferían abastecerse a través de las plataformas de E-commerce y de telefonía, pero esas compras no llegan a representar más del 2% del presupuesto total de una familia promedio.
Asimismo, la incidencia de compras realizadas en los canales más tradicionales sigue siendo muy relevante en los hogares colombianos. Los Discounters y Convenience ganan participación, otro hecho único entre los países de la región.
Entre estos canales, podemos destacar las compras realizadas en el discounters, logrando así llegar al 88% de los hogares. Son un canal accesible que permite a los colombianos adquirir bienes a precios más bajos y atractivos.
En este contexto, también podemos observar cómo los minimercados de barrio se convierten en una alternativa en términos de conveniencia y proximidad, factor que se refleja en las tendencias actuales de consumo.
Por parte de las grandes superficies, éstas debieron adaptarse a las nuevas tendencias del consumo de las personas. Lo hicieron en los tamaños, presentaciones, formatos de precios y, sobre todo, en las diversas formas en que se puede acceder a su oferta de productos, esto gracias a los avances en digitalización, impulsados por la pandemia, hace que cada vez sean más los tipos de canales de venta a disposición de los consumidores.
Así lo informó Makro, tienda de abastecimiento con más de 26 años de operaciones en Colombia, que creó un portafolio de canales para la compra de productos ajustados a la necesidad y al momento en el que se requieran a todo tipo de compradores.
Asimismo, eliminó el pasaporte o membresía para la compra en sus tiendas desde hace algunos años, logró llevar sus productos a los consumidores a través de canales propios y plataformas de terceros, lo que le permitió entregar más pedidos.
