Carreras que favorecen la empleabilidad de los jóvenes

Con las tasas de desempleo en los máximos históricos, en el mercado local hay un claro dismatch entre oferta y demanda de trabajadores jóvenes, fundamentalmente en el ámbito tecnológico. ¿Qué rol juegan las carreras cortas y certificaciones en las chances de volverse más empleable? Si bien tiempo atrás se las “miraba de reojo”, hoy son el puntapié inicial para resolver las asimetrías de un mercado en constante evolución.
Twitter
LinkedIn
Facebook
WhatsApp
Telegram
Email

Si bien la problemática del desempleo juvenil no es patrimonio de la Argentina o de la región, ya que en Europa y Estados Unidos se da el mismo fenómeno, en nuestro país la tasa de desocupación en esta franja etaria triplica a la de los adultos, según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA). A ello se suma que los jóvenes son quienes más sufren el flagelo de la informalidad: de acuerdo con la Fundación Ses y Centro de Estudios Atenea, la informalidad laboral afecta al 60% de los jóvenes entre 18 y 24 años.

Este escenario pone en evidencia la incapacidad de las sociedades de generar el volumen de empleo y de lograr encuadrar el existente bajo el concepto de trabajo decente, según la definición propuesta por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). A su vez, según el Foro Económico Mundial, es probable que más de mil millones de empleos, casi un tercio de todos los empleos del mundo, se transformen por la tecnología en la próxima década.

En el plano del comportamiento, la tendencia y el espíritu que se inculca a los jóvenes apunta a conseguir exactamente lo que cada uno busca, a estudiar aquello que los apasiona y a buscar el trabajo ideal y de sus sueños. Pero aún con sus intereses en foco, no deberían perder de vista el potencial de la tecnología y el abanico de opciones que ofrece en las más diversas industrias. La tecnología y la industria digital vienen a achicar la brecha entre oferta y demanda de trabajo. Tal es así que una fuerte demanda de las empresas se centra en jóvenes con competencias para posiciones determinadas. Según el informe Jobs of Tomorrow del Foro Económico Mundial, habrá una rápida afluencia de roles en la vanguardia de la economía de los datos y la IA, así como nuevos roles en la ingeniería, la computación en nube y el desarrollo de productos. eCommerce analysts y managers, Chief Digital Officers, especialistas en Search Engine Optimization y Search Engine Marketing (SEO y SEM), analistas de CRM, analistas de ventas digital, Sr. y Jr. fullstack developers, diseñadores web, diseñadores mobile, maquetadores web y mobile son algunas posiciones muy requeridas. La pregunta que surge es: ¿Cómo adquirir estas competencias y calificar para competir en el mercado laboral?

En este mundo VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo), nos encontramos ante una paradoja nunca antes vista. Es que tradicionalmente las carreras de grado son reconocidas y valoradas y, a más cantidad de años de estudio, mayor el prestigio de los egresados. Pero hoy estamos en presencia de una customización de la demanda laboral que exige a los jóvenes una numerosa cantidad de skills y conocimientos prácticos en constante evolución, que estas carreras no garantizan. Dicho esto, el futuro está más asociado a las carreras cortas, enfocadas en la tecnología y posibilitadas por la misma tecnología y su poder de conectividad, más que las carreras tradicionales

“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquéllos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender”, Alvin Tofler.

Carreras cortas y tech: vencer los prejuicios

En los nuevos formatos de carreras cortas con foco tecnológico y digital, se encuentran pocas personas que las transitan de manera protocolar y obligada. Lo específico de los contenidos atrae reales interesados. La formación es más veloz y dinámica, y el contexto permite el acercamiento a las áreas laborales antes, durante y después de las formaciones. Tan grande es el mercado y la demanda en tecnología, que un aspirante a desarrollador o maquetador web, por citar solo dos ejemplos, son, desde los cimientos, contratables.

Tras ver los resultados, los mitos respecto de carreras cortas con foco tecnológico se caen solos:

  • Nivel de base. Uno de los prejuicios más arraigados tiene que ver con que las habilidades de base son determinantes para el estudio de carreras vinculadas con la tecnología. Por el contrario, las carreras digitales no tienen “costo de entrada”: todos pueden tener un buen desempeño en ellas y posicionarse como potenciales trabajadores del conocimiento. El nivel de base “requerido” es el mismo que aquel demandado para las carreras de grado: nivel secundario completo. De todas formas, esa es la recomendación, no la norma. ¡Y es increíble que sea así!
  • Facilidad. Sobre las carreras cortas o los cursos hay un estigma difícil pero necesario de eliminar: que son fáciles, que carecen de profundidad conceptual y de mérito y otros estigmas clásicos de ciertos estándares sociales.

Mientras las carreras vinculadas al desarrollo tecnológico son de por vida, como cualquier otra, y la curva de aprendizaje no se aplana, los cursos o carreras cortas permiten la precisión sobre el presente. Y son cortas justamente porque nadie puede empaquetar temáticas tecnológicas y garantizar la validez de su contenido durante tres, cuatro o cinco años. Lo que hoy es válido, quizás, en seis meses se vuelve obsoleto.

El hombre puede cambiar su rumbo, equivocarse y volver a empezar, a partir de ser conscientes de qué se busca en el mercado laboral, y dónde encontrar esas competencias. Pero solamente deben comprender que, a pesar de haber tanta apertura de contenido hacia estos nuevos aprendizajes (ya sea autoguiada o mediante cursos y carreras), los formatos cortos no deben confundirse sólo con ‘’de rápida salida laboral’’. Atrás debe haber mérito, capacidad, constancia y mucha noción del constante aprendizaje.

Se denomina trabajador del conocimiento a aquellos trabajadores cuyo principal capital es el conocimiento. Algunos ejemplos incluyen los ingenieros de software, arquitectos, ingenieros, científicos, porque ellos «piensan para ganarse la vida».​ Lo que diferencia al trabajo en el ámbito del conocimiento de otras formas de trabajo es que su tarea principal es la resolución de problemas “no rutinarios” lo cual requiere una combinación de metodologías de pensamiento convergente, divergente, y creativo.

Por Juan Bidondo,  Co-Founder & COO en Agency Coda.

Twitter
LinkedIn
Facebook
WhatsApp
Telegram
Email

Notas relacionadas